Ante las nuevas formas de vida y hábitos que nuestra sociedad está adquiriendo y que también afecta a los niños, la A.F. Oroval, quiere dejar reflejado con este tema, una estampa habitual en el transcurrir diario de las niñas canarias.
No se puede pasar por alto la importancia que el repertorio musical infantil tiene en los estudios folklóricos y antropológicos de una comunidad. Los juegos, además de entretenimientos y diversión, tienen la finalidad de descubrir aptitudes, destrezas, fomentar la capacidad de observación, fantasía y juicio.
Son varios los trabajos sobre el repertorio folklórico infantil en Canarias, y creemos que es obligación de las agrupaciones folklóricas el trabajar e incorporar en el repertorio habitual estos temas, ya que, ante la homogenización y estandarización de las sociedades, prácticamente están en desuso, tendiendo a desaparecer.
La jardinera ha sido un juego de corro que ha permanecido en vigor hasta las últimas décadas del siglo XX. Los primeros trabajos donde ya se habla de este tema datan del 1884-1885. Su melodía la encontramos en diversidad de romances, el más habitual el de Alfonso XII.
De entre las diferentes versiones explicadas por varias informantes, destacaremos la de Bárbara Amador Bethencourt, similar al juego La Cinta de Oro descrito por Luis Diego Cuscoy en El Folklore Infantil y otros Estudios Etnográficos. Pero la versión que reflejaremos en este video es la descrita por las hermanas Basilisa, Lucía, Domitila, Esperanza, Tomasa y Constanza Hernández González, muy parecida a la descrita por José Pérez Vidal en Folklore Infantil Canario.