Santo Domingo de Coros y Danzas de La Orotava
El Santo Domingo es una de las más valiosas y arcaicas supervivencias en el folklore musical canario. Sus orígenes se remontan probablemente al siglo XII, donde encontramos antiguos cantos que aludían a los milagros del Santo Abraham de La Rioja, “Domingo de La Calzada”. Este tema pone de manifiesto la importancia de la obra de los Dominicos en Canarias.
Pudo ser de los primeros temas en llegar a Canarias, con motivo de la cristianización de nuestro pueblo. Al comienzo formaría parte del repertorio navideño, pero la devoción religiosa del pueblo hace que se convierta en un tema carismático de nuestro folklore.
Encontramos versiones de este en casi todas las islas, tomando relevante importancia el de Tenerife, Gran Canaria y La Gomera.
Producto de los concursos nacionales de folklore de las primeras décadas del siglo XX, encontramos el Santo Domingo en Tenerife unido a la trilogía de Tanganillo, Santo Domingo y Tajaraste, tres bailes diferentes en estructura, melodía y antigüedad.
Siendo de tempo cadente y melodía muy suave con un cambio de tonalidad entre una estrofa y otra, se baila en la modalidad de rueda.
Sobre esta versión de Tanganillo, Santo Domingo y Tajaraste, podemos concluir que su procedencia se encuentra en La Orotava, en la documentación perteneciente a Coros y Danzas, afirman que las tres piezas pertenecen al barrio de La Florida, detallando que el Santo Domingo fue recogido por Leoncio Estévez hacia 1933, en el “pago” de La Florida, y el tajaraste es rescatado en La Vera, La Florida.
Además en documentación aportada por la familia de Manuel Cabrera encontramos la siguiente aclaración:
“Son tres bailes, enlazados y rescatados por Coros y Danzas de La Orotava, en el año 1959, bajo la dirección de Manuel Cabrera Estévez. Fue enseñado a Coros y Danzas en ese año por Leoncio Estévez, quien los bailaba en el barrio de la Florida desde joven”.
De las entrevistas realizadas a varios antiguos componentes de Coros y Danzas de La Orotava, destacamos las siguientes frases de Fina Pérez Pérez:
“Primero hacíamos el Santo Domingo, después el Tanganillo, el Tajaraste lo hacíamos aparte.”
Santo Domingo de La Gomera
El Santo Domingo de La Gomera es quizás el que, como todo el folklore de la isla colombina, mejor se ha conservado, manteniendo los toques de tambor y chácaras, y bailado en filas con giros sobre uno mismo al comienzo de cada estrofa del cantador.
Según parece, el Santo Domingo arribó a La Gomera a finales del siglo XIX al mismo tiempo que otros géneros de cuerda.
Acostumbraba a interpretarse en los salones de baile junto con jotas (isas), folías, malagueñas… sobre todo al final de la verbena. En La Gomera evolucionó de manera curiosa, pues el tambor se apoderó de él y, paulatinamente, se dejó de interpretar con cuerdas.
Existen dos variantes: una, más relacionada con la que se canta en el resto de las Islas, y que se basa en cantares propios de este género; y otra, donde se interpreta un romance a ritmo de Santo Domingo. Esta segunda forma la aprendimos de don Isidro Ortiz Mendoza, director de “Los Magos de Chipude”.
En todo caso, el Santo Domingo no tiene el carácter procesional del Baile del Tambor y, en cierta medida, los mayores (al menos en la zona de Valle Gran Rey) lo consideran un “género menor”.
Santo Domingo de Lanzarote
Versión conejera recogida por D. Manuel J. Lorenzo Perera.