Una posible forma de clasificar, a grandes rasgos, el amplio repertorio folklórico de Tenerife, sería teniendo en cuenta su función o finalidad, obteniendo a partir de esta variable, tres grupos básicos:
- Géneros cantados (romances, cantos de trabajo…).
- Los bailes, que tanto han animado las tarde-noches en las ventas, en los salones y en las fiestas de los pueblos.
- Las danzas, que no deben ser confundidas con los bailes, son danzas con una gran carga ceremonial y de culto.
Si hay un género folklórico que encontramos en cada una de estas tres clasificaciones, es el tajaraste. Su clave musical impregna los cantos de trabajo y juegos infantiles de nuestra tierra. Además es uno de los temas de mayor diversión en los bailes, como podría ser el Tajaraste del Amparo (entendido como baile lúdico bajo La Media Naranja) o el Tanganillo o Tajaraste de Teno Alto.
Pero, si hay un grupo en el que el tajaraste adquiere un protagonismo especial es en las danzas de nuestra isla. Estas las encontramos estrechamente relacionadas con romerías, procesiones y actos litúrgicos en el interior de las iglesias. Podemos decir que es Tenerife la isla de nuestro archipiélago que más danzas mantiene en la actualidad. Estas podemos dividirlas en:
- Danzas que poseen un elemento central. Nos referimos a aquellas que utilizan una Lanza adornada con arcos de flores, varas o cintas, como La Danza de San Agustín del Bebedero (La Orotava) donde encontramos una danza de cintas prácticamente en desuso.
- Y aquellas que carecen de este elemento, como puede ser el Baile del Niño (este se realiza dentro de la iglesia durante la celebración de la Misa del Gallo en Nochebuena) y Las Libreas, palabra que según afirma Manuel J. Lorenzo Perera significa “los que se disfrazan para participar e intervenir en la fiesta”.
Cada vez, son más los trabajos que apoyan la teoría de que es el tajaraste una danza de reminiscencias aborígenes, una manifestación guanche que sobrevivió a la colonización.
Tajaraste, era la forma en que los guanches denominaban a diversos instrumentos que se utilizaban para la ejecución de la danza, como panderos y tambores. Posteriormente se supone que esta palabra fue utilizada para denominar a la propia danza. Es curioso comprobar como el tajaraste ha sido conservado por el pueblo especialmente en las zonas más alejadas y marginadas de nuestra isla como Teno, El Palmar, Altos de La Orotava, Los Realejos, Icod de los Vinos, Acentejo, Güimar… zonas donde se situaron los alzados guanches y los bandos de guerra.
Al igual que ocurre en la sociedad, las fiestas están en una continua transformación, siendo los actos más tradicionales, los más perjudicados, relegados a una posición secundaria o cayendo en desuso, incluso pasan a ser sustituidos por nuevos actos, en busca de una renovación en las festividades que eliminan las manifestaciones culturales que eran fiel reflejo de nuestra identidad.
Tajaraste del Amparo
El Amparo, es uno de los muchos pueblitos de medianías, que encontramos en Tenerife, en este caso perteneciente al municipio de Icod de los Vinos, donde su situación geográfica y su marcado carácter rural, ha permitido mantener diversas expresiones folklóricas, aún después de sufrir grandes movimientos migratorios de su población.
Ya Estanislao González y González, en su trabajo “El Tajaraste en las Celebraciones Festivas de Ycod”, nos presenta una data de fechada el 28 de marzo de 1503, donde se concede un pedazo de tierra que está en Ycode y en cuya delimitación se detalla “…que dende el dicho pino a una plaza donde bailaban los guanches en su tiempo”.
La versión del Tajaraste del Amparo, en su dos variantes, baile sentado o de a cuatro y baile corrido, que la Agrupación Folklórica Oroval recoge en este DVD, son extraídos del profundo trabajo de campo realizado sobre las festividad del barrio icodense de El Amparo, por D. Manuel J. Lorenzo Perera, editado en 1989 con el título Las Fiestas de El Amparo.
Los nombres que reciben las variantes del tajaraste de El Amparo, vienen a diferenciar las peculiaridades que entre ambos existen, así:
El baile sentado o de cuatro, se realiza entre dos parejas, que bailan enfrentadas, de ahí uno de su nombre “de cuatro”, es más tranquilo y reposado “sentado”. Al mismo tiempo que se hacen cruces entre las parejas danzantes, el cuadrado que forman va girando.
El baile corrido, es más libre y animado. Además de las diferencias musicales, este se ejecuta formando dos filas, donde se intercalan hombres y mujeres.
Estas dos variantes del tajaraste no se realizaban por separado, todo lo contrario. Manuel J. Lorenzo Perera deja claro que: “se podía estar interpretando uno de los dos bailes y pasarse al otro al producirse el correspondiente cambio musical”.
Baile del Niño de La Matanza de Acentejo
El Baile del Niño, es una de las danzas más singulares que podemos encontrar en la isla de Tenerife. Se conoció en diferentes zonas, interpretándose en la actualidad en lugares como Taganana o La Matanza de Acentejo.
Estas danzas, de origen pastoril, forman parte del folclore de la Navidad en su etapa más antigua. Fueron interpretadas exclusivamente por hombres, quienes de este modo rendían pleitesía al niño Jesús. Diversas fuentes demuestran la existencia de esta tradición en la iglesia parroquial de La Matanza de Acentejo, desde el primer tercio del siglo XVII como una de las manifestaciones de las fiestas de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús.
A pesar de la desaparición de esta cofradía, el Baile del Niño se sigue realizando, convirtiéndose hoy en día, en una de las tradiciones más conocidas y arraigadas del pueblo de La Matanza de Acentejo.
Esta manifestación religiosa se representa en la iglesia del Salvador de La Matanza de Acentejo, el 24 de diciembre durante los actos litúrgicos de la Noche Buena, en la conocida como Misa del Gallo, a las 12 de la noche. Se organiza a modo de procesión, que recorre las naves del templo avanzando de espaldas a ritmo de tajaraste, interpretado con instrumentos vertebrales como el tambor, los panderos, las panderetas, flauta y castañuelas.
El nacimiento del Niño marca la puesta en escena de esta tradición, que se advierte tras la entonación de El Gloria. Es entonces cuando el sacerdote se dirige a buscar al Niño, y se disponen los bailadores a ocupar sus posiciones para iniciar la danza.
Danza de San Agustín
Esta danza de cintas, al igual que el resto de las que encontramos en la Isla, tienen un marcado carácter religioso, pues son utilizadas para acompañar a los santos en procesiones y romerías.
Hay autores que sitúan los inicios de las danzas de cintas en la época prehispánica, y otros en rituales primaverales o estivales que tenían como elemento central un árbol.
La Danza de San Agustín, comienza a realizarse en el orotavense barrio de El Bebedero en el año 1928. Se trajo al pueblo desde Güimar, ya que por esa época un muchacho, llamado Santiago, había tenido un grave accidente. Se prometió que si el muchacho “escapaba” se levantaría una ermita con la imagen de San Agustín. Fueron Emilio Fariña y Alejandro Pacheco los encargados de aprender la danza y enseñarla al resto de componentes (Pedro Fariña, Juan Pacheco, Ciriaco Carballo, Ramón González, Ciriaco Cabrera, Cándido González, Gabriel Pérez, Eulogio Flores, Balbino Fariña y Gabriel Rodríguez Fariña). El tamborero fue Vicente “El Hueso” y el guía “Juan González”.
La danza ha pasado por tres etapas bien diferenciadas en el tiempo:
Una primera etapa que comienza en 1928, año en el que se trae la danza desde Güimar, donde los danzantes bailaban tocando dos castañetas y su vestuario estaba compuesto por un pantalón de la época, camisa blanca, sombrero negro y lonas.
“Las fiestas se hacían dentro, en el barranco. Para alumbrar se utilizaban carosos de millo mojados en petróleo. Se colocaba una verga y se colgaban”
Esta etapa llega hasta 1935, fecha en la que deja de bailarse debido a que la guerra hace que el barrio se quede sin hombres.
La segunda etapa comienza en el año 1942, cuando se retoma la danza. Durante este periodo el tambor es sustituido por uno de procedencia herreña, ya que el original se rompe. Los hombres pasan a tocar una sola castañuela de madera sujeta en su mano derecha, ya que con la izquierda sujetan la cinta. Se intenta incorporar a las mujeres en la danza, pero según nuestro informante no “cuajó”, ya que los chicos se “desbocaban”. La danza deja de bailarse allá por el año 1990, después de la muerte de D. Gabriel, último responsable de la danza.
La última y tercera etapa se inicia en el 2003, cuando la Agrupación Folklórica Oroval comienza con los trabajo de recuperación de la misma. Nuestros informantes fueron Juan Cabrera Aguiar y su hijo Ibrahim Cabrera González, dos generaciones de bailadores de la Danza de San Agustín. En mayo de 2008, Juan Pedro Glez. Fariña, vecino de dicho barrio y antiguo bailador de la danza, nos solicita ayuda para montar de nuevo el baile con un grupo de jóvenes de la zona. La danza vuelve a recorrer las calles del Bebedero en las fiestas de julio de 2008, manteniendo las características originales (en el vestir y en la ejecución del baile, incorporando a varias mujeres). Al poco tiempo el grupo de vecinos que conforman la danza sustituyen la vestimenta de pantalón y camisa blanca por el traje típico de La Orotava. Además, el tambor pasa a ser uno de origen gomero, el pito es sustituido por una flauta dulce y el enrollado de las cintas se cambia por un nuevo modo de trenzado, generando modificaciones sustanciales en la danza.
Tango Guanchero
No podemos confundir la palabra tango en Canarias con el famoso género argentino, pues nada tiene que ver con él, ni existe parentesco o raíz alguna. Curiosamente y afianzando aún más la idea de una relación en el tiempo con culturas africanas, la palabra tango proviene de una derivación de una palabra de ese continente para designar a los bailes en general. Hay algunas teorías que sitúan los orígenes de la palabra tango en África Oeste, derivada de la palabra Tambo que significa una celebración o fiesta.
Es el Tango Guanchero uno de los diversos tajarastes de carácter lúdico que encontramos en la isla de Tenerife. La versión que aparece en este trabajo fue recogida por la Agrupación Folklórica Los Majuelos (Santa Cruz de Tenerife) en la zona de Benijos (La Orotava).
Este tajaraste también fue fruto del trabajo de recopilación de Los Coros y Danzas de la Sección Femenina de La Orotava, pero difiere de la versión de Majuelos en el paso, similar al que realizamos en las saltonas de Coros y Danzas de La Orotava, recogidas en este trabajo.
Se caracteriza por ser bailado en forma de cuadrado por dos parejas, al igual que el Tajaraste del Amparo en su versión de “a cuatro” o “sentado”.
Musicalmente aunque forma parte del repertorio de carácter recreativo, por la uniformidad del baile y los arreglos musicales, si hemos querido mantener una de las características más tradicionales del tajaraste, interpretado por pito, tambor y castañetas, que como aseguran varios historiadores, fueron los primeros instrumentos introducidos en la Isla por medio de las milicias.
En la versión de Coros y Danzas de La Orotava, no aparece la flauta y si los instrumentos de cuerda, púas, guitarras y timples.
Tanganillo o Tajaraste de Teno Alto
En esta versión de tajaraste de carácter lúdico, original del caserío de Teno Alto (Buenavista del Norte), lo primera característica que nos llama la atención es la denominación de “tanganillo”, cuando musicalmente nos damos cuenta que estamos ante un tajaraste interpretado en los bailes que se realizaban en esta zona, especialmente en los bailes de piñata que se celebraban antiguamente los martes de carnaval y en el baile de primavera.
Estamos ante un tema de carácter competitivo, donde los tocadores se enfrentan a los bailadores, acelerando el baile en el intento de que no puedan aguantar el ritmo. Se realizaba a altas horas de la noche, cuando el baile ya había decaído, para animar a los que en él aún se encontraban. En las últimas décadas se realiza a última hora, en el intento de aguantar al personal que ahí se encuentra, ya que las personas que participan esperan con anhelo el momento en el que se interpreta para deleite de todos lo que se han quedado al final del baile.
Musicalmente estamos ante un tema de cuerdas donde el tambor adquiere un gran protagonismo, y donde la A. F. Oroval ha introducido el pandero, instrumento de carácter tradicional en los tajarastes que se supone que se tocaban en la zona.
Hay varios aspectos característicos en el baile: en primer lugar estamos ante un tajaraste bailado en rueda como los realizados en el Tango de La Florida, o en el Tanganillo, Santo Domingo y Tajaraste, donde las mujeres mantienen el paso según se acelera el baile, al contrario que el hombre que lo sustituye por saltos bruscos.
Además hay que resaltar la costumbre que se tenía por parte de los hombres de robarse el baile.
Durante le ejecución del tajaraste, a medida que los tocadores se aceleraban, los hombres realizaban palmadas al aire, “jeito” que reflejaba la exaltación de los bailadores y el brío que el tajaraste iba adquiriendo.
Tajaraste de Coros y Danzas de La Orotava
Sobre esta versión de Tanganillo, Santo Domingo y Tajaraste, podemos concluir que su procedencia se encuentra en La Orotava, en la documentación perteneciente a Coros y Danza afirman que las tres piezas pertenecen al barrio de La Florida, detallando que el Santo Domingo fue recogido por Leoncio Estévez hacia 1933, en el “pago” de La Florida, y el tajaraste es rescatado en La Vera, La Florida.
Además en documentación aportada por la familia de Manuel Cabrera encontramos la siguiente aclaración:
“Son tres bailes, enlazados y rescatados por Coros y Danzas de La Orotava, en el año 1959, bajo la dirección de Manuel Cabrera Estévez. Fue enseñado a Coros y Danzas en ese año por Leoncio Estévez, quien los bailaba en el barrio de la Florida desde joven”.
De las entrevistas realizadas a varios antiguos componentes de Coros y Danzas de La Orotava, destacamos las siguientes frases de Fina Pérez Pérez:
“Primero hacíamos el Santo Domingo, después el Tanganillo, el Tajaraste lo hacíamos aparte.”
“El tajaraste era muy bonito, ya se ha dejado de bailar, también lo enseñó Leoncio y decía que era de La Orotava exclusivo.”
Podemos concluir que el tajaraste que se realiza al final del tema, proviene de alguna danza o tajaraste de camino que se realizara en la zona de La Florida o cercanías, ya que mantiene, -aunque actualmente sea un baile coreografiado-, los cruces o giros similares a otros tajarastes de carácter tradicional que aún perviven en la zona norte de la Isla.