El folklore herreño se ha mantenido en un altísimo nivel de pureza.
El Baile del Vivo o Vivito, es un baile de pantomima, algo picaresco, único de tal género que se conoce en el archipiélago. Se trata de una danza de una sola pareja, siendo la mujer el elemento principal durante su ejecución.
Situado uno frente a otro, desplazándose con vivos movimientos, la mujer simula de forma algo exagerada y risueña, diversas actitudes femeninas cotidianas: arreglarse la cara, peinarse, mirarse en un espejo de mano, ajustarse el talle, componerse la falda, amarrarse los zapatos, …, gestos que tiene que remedar el hombre sin perder el compás, lo intenta distraer en medio de la danza llamándole con el dedo a lo que el gesticula negativamente. Por fin logra la mujer quitarle de un manotazo el sombrero de la cabeza, dando el turno a un nuevo bailarín.