Populares en Canarias constituyen una joya musical del inusitado interés. La palabra folía es fruto de la degeneración de la palabra francesa folíe que significa locura.
La primera mención al término “folía” es la hecha por el dramaturgo portugués Gil Vicente, en su obra de teatro: “Auto de Sibilla Cassandra” (1503), en la que se la menciona como una danza interpretada por pastores.
Sebastián de Covarrubias en el Tesoro de la lengua castellana, publicado en 1611, describe la folía como “cierta danza portuguesa de mucho ruido: porque gusta de ir muchas figuras a pie con sonajas y otros instrumentos, llevan ganapanes disfrazados sobre sus hombros unos muchachos vestidos de doncellas, que con las mangas de punta van haciendo torno y a veces bailan, y también tañen sus sonajas; y es tan grande el ruido y el son tan apresurado que parecen estar los unos y los otros fuera de juicio”.
No hablamos de las folías como un tema musical específico, sino de una técnica de composición-improvisación que se extendió por Europa a partir de finales del siglo XV. Esta es la razón por la que se encuentran el esquema de folías en tantas obras con títulos y orígenes diferentes.
En la música del renacimiento, la folía se populariza sobre todo en España, Italia y Francia, tal como demuestra su presencia en numerosas fuentes manuscritas e impresas, sobre todo para guitarra.
En el Barroco -tomando como referencia la que se tocaba en España- surge una folía tardía, denominada Folía de España, que se ralentiza adecuándola así al gusto cortesano de Versalles. Desde entonces se han hecho muy famosas y se mantienen en la actualidad, adquiriendo una mayor notoriedad en el barroco y el clasicismo.
Concretamente, en el Diccionario de Autoridades de 1792, se intenta dejar claro la existencia de dos tipos de folía. La original, de origen portugués, popular, tumultuoso y desenfadado, y una folía posterior que es un “tañido y mudanza de nuestro baile español, que suele bailar uno solo con castañuelas.”
Ha sido en Canarias donde la folía se ha arraigado, perdurando en el tiempo, convirtiéndose – junto con las malagueñas y la isa-, en uno de los cantos más importantes de nuestras islas. Con un tempo más lento, ha evolucionado de tal manera que poco parece quedar de las folías clásicas e históricas.
En este sentido, Lothar Siemens, en La música en Canarias: Síntesis de la música popular y culta desde la época aborigen hasta nuestros días (1977), vincula la popularización de la folía canaria a un contexto histórico en el que los cambios económicos y sociales, que tienen lugar en la España del siglo XVIII, afectan a todas las estructuras sociales, a las tradiciones y costumbres. Una serie de modas se extienden y arraigan en las comunidades rurales, -a causa del empobrecimiento de las clases más pudientes-, lo que posibilita la difusión de las danzas más importantes del folklore canario. En Tenerife, al igual que en el resto de las islas encontramos varias formas de interpretar y bailar las folías.
En lo que se refiere a la ejecución del baile, las folías se caracterizan en todas sus variantes, por ser un baile suelto y cadencioso, donde las parejas no se tocan, y que mantiene de alguna forma elementos característicos de las danzas cortesanas. Se baila delicadamente y mantiene una característica antigua de las danzas: el cambio de pareja. A finales del siglo XIX y principios del XX, las folías se convierten en baile agarrado, acoplándose a la moda de la época, si bien quedan zonas de la isla donde se continúan bailando de forma tradicional.
Folias Tradicionales (Ruigómez / El Tanque)
Fue un 22 de noviembre de 2009,en uno de los paseos que realizábamos algunos componentes del taller etnográfico de la A. F. Oroval, tuvimos la suerte de conocer a una vecina del barrio realejero de Icod el Alto, Andrea Díaz Lorenzo, antigua componente de la Agrupación Folklórica Los Alzados, la cual nos enseñó las folías que aprendió a bailar desde chica en Ruigómez (Garachico), lugar del que procedía.
Andrea Díaz Lorenzo nace el 21 de diciembre de 1926 en el barrio de Ruigómez (Garachico). Su padre, Higinio Díaz, era natural de El Tanque Bajo y su madre, Julia Lorenzo, era de Ruigómez.
Nos comenta lo que bailaba de pequeña:
“Aprendí en los bailes, con la demás gente, pues mis dos hermanos mayores -que en paz descansen-, eran buenos tocadores de guitarra y enseñaban a otras personas. Mis hermanas y otras muchachas nos reuníamos en el patio de mi casa y bailábamos unas con otras… También íbamos a los bailes del Tanque Bajo, con mis primas, mi padre era de ahí”.
Folias de Coros y Danzas de La Orotava
En el ámbito musical, cabe destacar la forma en la que Coros y Danzas interpretaban el repertorio folklórico de La Orotava. Después de entrevistarnos con algunos de los primeros tocadores que formaron la parranda (Javier Cruz González “El Pinto”, y Pedro Martín Luis “Peter”, entendemos que los temas se recrearon a partir de los conocimientos de dichos componentes, por lo que podemos concluir que los estilos de interpretación correspondían a los de la zona.
En lo que refiere al baile de Coros y Danzas de La Orotava, según la información y documentación que hemos podido manejar sobre este tema, se crean una serie de contradicciones, que hacen dudar de la procedencia de este baile:
• Después de varias entrevistas con antiguos componentes de la agrupación, podemos afirmar que este baile fue enseñado por Leoncio Estévez, así lo afirma Josefina:
“Los bailes que enseñó Gustavo, eran bastante pobres, Leoncio fue realmente el que enseñó los bailes… Con Gustavo solo bailábamos folías. Fue Leoncio el que marcó las folías, seguidillas y saltonas.”
• En documentación recopilada de Coros y Danzas de La Orotava, encontramos estas afirmaciones:
“Folías rescatadas en 1954 por el grupo en Santiago del Teide,… Seguidillas y Saltonas incorporadas a las folías como los “antiguos” bailadores de Santiago del Teide lo hacían.”
Tenemos que tener en cuenta la relación y contactos que Ofelia, podía tener con el municipio de Santiago del Teide, ya que como hemos dicho anteriormente, su madre, Marina, fue profesora unitaria en el barrio de Arguayo.
Por lo que actualmente no sabríamos a ciencia cierta, cual es claramente la procedencia de este baile.
Folías de La Palma
Versión de folías palmeras, recogida por la Agrupación Folklórica Echentive, del municipio de Fuencaliente.