Las Malagueñas

Las malagueñas, junto con la isa, las folías y las seguidillas, arraigan en Canarias a mediados del siglo XVIII. La malagueña proviene del fandango andaluz, y así se le denominó durante mucho tiempo en el Archipiélago:

“Las danzas rápidas son el canario, el fandango y el zapateo”
(Descripción de las Islas Canarias; George Glas, 1764).

“Alegres músicas suenan
y los bailes se improvisan,
donde la gente aldeana
baila, entre cantos y risas,
o el fandango o la folía”.

(Rafael Martín Fernández Neda, 1861).

A finales del siglo XIX, el fandango pasa a ser sustituido por una de sus descendientes más fuertes, la malagueña. Olivia M. Stone, en su libro “Tenerife y sus seis satélites” (1887) nos aclara la importancia que junto con la isa adquiere esta variación del fandango andaluz, publicando en su trabajo una partitura de malagueñas que según confirma Elfidio Alonso en su trabajo Folklore Canario, proviene de la banda de música de Santa Cruz de Tenerife.

De entre las menciones que Olivia M. Stone hace sobre la malagueña destacaremos las siguientes:

“… la última malagueña del pastor de cabras que regresa a su casa, se ha extinguido en la oscura ladera…”

“… el timonel cantando la sempiterna malagueña, pidiéndole al viento, insistentemente y con versos improvisados, que soplase…”

“Toda la noche, hasta muy tarde, se oyó el rasgueo de la interminable malagueña, una canción elegante y emocionante cuando se toca bien…”

La malagueña se convierte en una pieza musical instrumental que se tocaba en fiestas y bailes, sirviendo de base a la improvisación y al canto de trabajo, donde se apoyan el campesino y el marinero para hacer más amena su larga jornada de trabajo.

En estas últimas décadas, la malagueña ha adquirido un carácter dulcificado y sus letras reflejan el sufrimiento o la tristeza por la pérdida de la madre, por desamor, por añoranza de la tierra natal…, algo que se desvía de la realidad vivida hasta principios de siglo XX.

Referente al baile, actualmente las Agrupaciones Folklóricas de Tenerife, han recreado las diferentes formas de bailar las malagueñas, adecuándolas a los escenarios, si bien en muchas de las ocasiones han adquirido un carácter excesivamente elegante, buscando en su ejecución una perfección coreográfica que poco deja a la improvisación.

Malagueñas Tradicionales (Tenerife)

En Tenerife, hoy en día, encontramos versiones de malagueñas -en zonas más apartadas de la isla como pueden ser Masca, Teno Alto, El Palmar, Icod el Alto, Benijos,… -donde se mantiene una cadencia más animosa y alegre. Sus coplas giran en torno a la añoranza a tiempos pasados, en busca de la conquista amorosa, a los desaires del ser amado…

Con este tema, la A. F. Oroval, quiere dejar plasmada una versión más tradicional de la malagueña, apoyándonos en la información que hemos recogido de Andrea Díaz Lorenzo. (Ruigómez / El Tanque) y Delmiro Dóniz Morales (Benijos).

Malagueñas de Coros y Danzas de La Orotava

La malagueña que realizaba Coros y Danzas de La Orotava, a pesar de haber sido al igual que el resto de sus bailes, coreografiada y perfeccionada para conseguir una mayor plasticidad, característica que puntuaba en los concursos organizados por la Sección Femenina, mantiene las distintas figuras que antiguamente se realizaban en los bailes que se organizaban en la Orotava.

Con las enseñanzas de Leoncio Estévez, la malagueña, al igual que el resto de bailes, también es modificada, conformándose la coreografía que hasta la extinción de la Agrupación, fue ejecutada en todas las actuaciones de Coros y Danzas de La Orotava, convirtiéndose en la pieza más elogiada por foráneos y sus propios componentes.

Normalmente la malagueña se ejecutaba de la siguiente forma: en primer lugar las parejas salían en fila haciendo el baile al unísono. En segundo lugar un hombre bailaba con dos mujeres, mientras el resto de bailadores volvían a ejecutar la malagueña en parejas, aunque en ocasiones el resto de parejas realizaba la malagueña en cuadrados entre dos parejas de baile. Si se realizaba una tercera malagueña en ocasiones se realizaba la versión enseñada por Gustavo Dorta de un hombre con seis mujeres.

Entre la documentación recogida de Coros y Danzas de La Orotava podemos destacar la siguiente aclaración:

“Rescatada por Leoncio Estévez hacia 1932 en Palo Blanco. Según el gran folklorista, profesor de la cátedra de Flamenco de la Universidad de Málaga Alfredo Arrebola: El origen de la malagueña especialmente la versión de La Orotava, está en los verdiales antiguos del siglo XVII, que con gran semejanza, aún se bailan en El Burgo, Villa de Guaro, y Benaoján, pequeños poblados de la serranía de Ronda, Málaga”.

De entre las distintas formas en las que Coros Danza de La Orotava bailaba las malagueñas, cabe destacar la forma implantada por Leoncio Estévez, de un hombre con dos mujeres. Podemos afirmar que esta característica forma de bailar las malagueñas, que se ha recogido en otras comarcas de Tenerife, también se realizaban en la Orotava, encontrando varios testimonios que así nos lo corroboran, destacando:

“En los bailes se hacían las malagueñas, la rumba, isas, pasodoble. Había un tocador que se llamaba Tomasillo Perera… Antonio la bailaba con dos mujeres en casa El Morreta”.
Natividad González Rodríguez
78 años. Benijos

“Yo bailaba mucho la malagueña con Leoncio, con Matías… La malagueña la bailaba primero un hombre con una mujer, después con dos mujeres y una tercera con seis mujeres”.
Dominga Pacheco Santos
Antigua componente de La Parranda de la Florida / la Orotava

“Leoncio fue realmente quien revolucionó los bailes, él fue el que enseñó la malagueña de dos mujeres…”
Josefina Pérez Pérez

También queremos destacar las palabras de Lothar Siemens en su libro La Música en Canarias (Síntesis de la música popular y culta desde la época aborigen hasta nuestros días, 1977), hace sobre las malagueñas:

“… observa en Canarias la característica de contraponer al grupo de bailadores unos episodios solistas, protagonizados por un hombre y dos mujeres, los cuales realizan un rico repertorio de evoluciones coreográficas verdaderamente atractivas.”

Malagueña de los novios (Fuerteventura)

También llamadas “Malagueñas de Tres” o “de Triquivijate”, es curioso observar como en las islas más orientales han sabido conservar ese carácter de corte alegre y tempo rápido.
Este baile era reservado a las parejas en las que existían vínculos de noviazgo. En esta versión recogida por la Agrupación Folklórica de Los Majuelos, el hombre baila con dos mujeres, una que es la novia la tiene agarrada por la cintura, la otra “la pretendiente” está agarrada a un pañuelo que sujeta el hombre; mientras la novia gira alrededor de su novio moviendo los brazos, la mujer del pañuelo gira al sentido contrario con movimientos provocadores. Otros informantes aseguran que nos encontramos ante un reto entre ambas mujeres ya que la que sujeta el pañuelo busca bailar con el hombre. En los bailes de taifas de Fuerteventura, este era el único tema que bailaban los novios enlazados por la cintura, el resto eran bailes sueltos.

Malagueñas de Lanzarote

Como anteriormente hemos dicho, las malagueñas varían en estilo y ritmo según sea de una isla u otra del archipiélago, destacando las de Lanzarote y Fuerteventura, que son más briosas, pero generalmente  se canta en copla de cuatro versos octosílabos que se repiten. En el caso de Lanzarote habitualmente los versos que se cantan en malagueñas tienen una composición en quintillas.

Referente al baile, destacar la figura de D. Marcial de León Corujo “Lero”, gran bailador conejero, nacido en San Bartolomé en 1927. Se inició desde joven en la emblemática Agrupación Folklórica Ajei, siendo una de las personas a quien se le atribuye la incorporación de los palos en la isa de Lanzarote, y ser el creador de la espectacular coreografía de la malagueña de esta isla.

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